Uno de cada diez pacientes con ansiedad recibe el tratamiento adecuado

Un estudio internacional realizado por el Centro de Investigaciones Biomédica en Red Epidemológica y Salud Pública (Ciberesp) en el Instituto Hospital del Mar en Barcelona, revela que solo uno de cada diez pacientes con trastornos de ansiedad recibe un tratamiento adecuado.

Estos datos fueron revelados luego de analizar una muestra de más 51 mil pacientes de países diferentes, indicando que la prevalencia de la ansiedad es del 10 por ciento. De este grupo sólo el 27,6% recibieron algún tipo de tratamiento, mientras que el 9,8% de los casos llega a considerar que el mismo fue el adecuado.

“Los trastornos de ansiedad afectan al 10% de la población mundial. Son patologías que tienden a la cronicidad, la comorbilidad y se asocian con una discapacidad significativa. Si a esto le añadimos que supusieron un coste de 74.400 millones de euros durante el año 2010 en un conjunto de 30 países del conjunto de la Unión Europea, nos encontramos ante un importante problema de salud pública”, señala Jordi Alonso, el jefe de grupo del Ciberesp.

Por su parte, para Víctor Pérez, director del Instituto de Psiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar “para que un tratamiento contra un trastorno de ansiedad de 12 meses de duración sea adecuado es necesario un tratamiento farmacológico con al menos cuatro visitas al médico o bien un tratamiento psicoterápico que incluya como mínimo 8 visitas”. En este aspecto, un tratamiento eficaz evita la cronificación de este trastorno y “disminuiría la comorbilidad con otras enfermedades físicas o mentales”.

Es bajo el porcentaje de pacientes que reciben un tratamiento adecuado para el trastorno de ansiedad, este hecho está motivado por diferentes factores, siendo en muchos casos la percepción a la necesidad de atención, por parte del sistema de salud o bien sea por el propio paciente. Las personas con ansiedad perciben solo en el 41,3% de los casos la necesidad de recibir tratamiento, y cuando la ansiedad no está combinada con otro tipo de trastorno, se reduce al 26,3%.

A esto se suman las debilidades del sistema estructural y de salud, los costes del tratamiento y el estigma que perciben las personas que experimentan estos trastornos, que limitan aún más su tratamiento.

Esther R.

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