Hasta un billón de euros se dispara la demanda mundial de medicamentos en 2017

La demanda de medicamentos en el 2017 aumentó de forma drástica, alcanzando un billón de euros, siendo así la cuota de mercado para los medicamentos genéricos y biosimilares cada vez más importante. La Unión Europea ha invertido en la investigación y el desarrollo de productos farmacéuticos, donde se incluyen esos medicamentos genéricos y biosimilares; pero la realidad está posición de liderazgo se encuentra en riesgo.

En este sentido, la Comisión Europea ha propuesto realizar un ajuste específico de las normas de propiedad intelectual de los productos farmacéuticos, con la intensión de ayudar a las industrias europeas para que aprovechen los mercados mundiales de forma rápida, fomentando el empleo, el crecimiento y la inversión.

Lo que se dispone es establecer un marco de derechos de propiedad intelectual sólido que proteja los conocimientos técnicos europeos a fin de mantener la capacidad de innovación de la industria farmacéutica. La Unión Europea propone una variación específica, definida como “dispensa para fabricación con fines de exportación” bajo los certificados complementarios de protección, los cuales extienden la protección que permite una patente de medicamentos, los cuales deben someterse a pruebas y ensayos clínicos prolongados, previos a la aprobación reglamentaria.

Estos certificados complementarios de protección fueron introducidos en la Unión Europea en 1992, siendo un derecho de propiedad intelectual, una especie de extensión de los derechos de patente. Las normas de la Unión Europea relativas a estos certificados complementarios son las más rigurosas del mundo.

Durante el período de protección que establece los certificados complementarios de protección al producto en la UE, los fabricantes de productos relacionados con genéricos y biosimilares no pueden fabricarlos en la actualidad con ningún fin, ni para ser exportados a terceros países en los que la protección de los certificados haya expirado o mo exista, en cambio, los fabricantes de dichos terceros países sí pueden hacerlo.

La propuesta de la Comisión Europea de devaluar este marco, antepone a Europa una desventaja en la carrera global para futuras inversiones en el ámbito de la innovación biomédica.

Esther R.

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