Para los médicos de familia algunas vacunas deben ser obligatorias

Los médicos de familia proponen que algunas vacunas sean obligatorias, ya que son en realidad imprescindibles. Esto ha surgido en el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), destacando la ausencia de evidencias que pongan en duda la eficacia y seguridad de la que pasa por ser una de las principales medidas más útiles de salud pública y que más muertes ha logrado evitar a lo largo de la historia.

Actualmente la vacunación de carácter voluntario en España, depende es de las decisiones personales y no se puede obligar a ello, solo se puede hacer algo en esos casos excepcionales recogidos en la legislación. Por ello, los médicos de familia solicitan la apertura de un debate amplio sobre la posible obligatoriedad de la vacunación.

Los médicos de familia señalan, que debemos recordar que, si las coberturas vacunales son bajas, aumenta el riesgo de aparición de enfermedades infecciosas que se consideran erradicadas o controladas.

En este Congreso se han expuesto los argumentos a favor y en contra de la vacunación, reflejando en especial el peligro que implica el no hacerlo para la salud de la población en general.

Los riesgos más importantes para la salud pública que se derivan de la decisión personal de no vacunar a un niño frente a enfermedades altamente contagiosas. Primero, sobre la salud de ese niño, a través de una decisión que no procede de él sino de sus padres. En segundo lugar, hay un riesgo sobre la salud de los demás.

En algunos países europeos ya se ha hecho así en el caso de la vacunación infantil, tomando medidas de obligatoriedad al comprobar el progresivo incremento de algunas infecciones.

Existe otro caso alarmante como lo es la vacunación en el adulto, especialmente en los profesionales sanitarios. “No se entiende desde fuera del sistema que profesionales que tratan a determinados pacientes de alto riesgo no se vacunen, por su propio beneficio”, admite Francisco Díaz Ruiz, coordinador del Grupo de Trabajo de Bioética y Humanidades de Semergen, quien considera que la solución pasa por “información, convencimiento y adquirir conciencia de que es necesario que el profesional se proteja también a sí mismo”.

 

Esther R.

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