Claves para curar un corazón roto

Se puede llegar a pensar que lo opuesto al amor no es el odio, sino el fracaso amoroso. Pues la sensación de pérdida que se tiene al terminar una relación, es un tipo de duelo difícil y complicado de sobrellevar, trayendo como consecuencias, la desesperanza, la tristeza, el desanimo, la baja de autoestima y el miedo marcado a enfrentar situaciones futuras en el ámbito del romance o de querer intentar algo nuevo con otra persona por miedo a volver a salir heridos o decepcionados y finalmente el tener lo que las personas conocen como “el corazón roto”.

Pero la pregunta que más ronda por a nuestras cabezas es si se podrá sanar un corazón roto. La respuesta es sencilla, si se puede. Pero este es un proceso complejo y largo que requiere de la dedicación y el compromiso de las personas para querer mejorar su situación sentimental. Pero, definitivamente, es posible curar un “corazón roto” por la sencilla razón de que, así como el malestar y el sufrimiento emocional se ha producido por una serie de comportamientos y pensamientos aprendidos, estos se pueden desaprender.

Abrirse a nuevas posibilidades. Hay que ver esta dolencia como una experiencia más en la vida que nos puede llevar a vivir situaciones únicas y atípicas que nunca se habría considerado experimentar. Por ejemplo, el hecho de probar nuevas actividades físicas o deportivas, comprar ropa nueva, hacer un nuevo cambio de look o conocer nuevas personas. Pero para ello, aunque no se tenga ánimos de realizar nada, sino más que estar en la cama sintiéndonos melancólicos, el obligarnos a realizar estas actividades hará que la mente y el cuerpo se acostumbren a los mismos y se hagan luego de manera rutinaria y satisfactoria.

La negación no arregla nada. El intentar bloquear los recuerdos, evitar las sensaciones de malestar o reprimir las emociones de enojo, perdida y dolor, son totalmente contraproducentes en el camino para mejorar y “arreglar” el corazón roto. Esto solo hará que se concentren más esos recuerdos y albergar resentimiento hacia esa persona, que a la final solo causará malestar en nosotros mismos, pues generará tensiones a las que no se puede dar salida y evocará comportamientos desadaptativos a la hora de iniciar alguna relación nueva, como por ejemplo desconfianza, reclamos continuos, inseguridad, necesidad de control, entre otras.

Sentirse mal no es malo. Lo que conlleva al siguiente punto, no te frenes en tus emociones, esto no hay que hacerlo por nada del mundo, aparentar ser fuerte no es sinónimo al querer convencer a todos que no tienen importancia lo ocurrido o que no se tiene ningún sentimiento adverso negativo al respecto, cuando se sabe que, por ley algún sentimiento de desasosiego se desencadena después de una ruptura. Por lo que está bien sentirse así, sentirse solo, desesperado, desesperanzado, dolido, melancólico o triste. El punto es una vez vivir estos sentimientos no quedarse estancados en ellos, sino encontrar la solución para seguir adelante y darse una nueva oportunidad con alguien más, por su puesto, a su tiempo.

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ProOdri

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